top of page

La impresión digital y el empaque multisensorial: reflexiones desde la mirada técnica

  • Foto del escritor: Enrique Iturbe
    Enrique Iturbe
  • 26 sept
  • 2 Min. de lectura

Por Enrique Iturbe Martínez - Director General, Böttcher México


Recientemente, llegó a mis manos un artículo de gran valor publicado por RICOH y compartido por la Asociación de la Industria Gráfica de Costa Rica (ASOINGRAF). Se titula "Empaque con impresión digital y experiencias multisensoriales: el futuro del impacto al consumidor", y tras leerlo con detenimiento, no puedo más que compartir algunas reflexiones que considero importantes para todos los que estamos vinculados a la transformación de la industria gráfica.


El texto plantea con claridad lo que muchos observamos en el día a día: el empaque ha dejado de ser una barrera protectora y se ha convertido en un recurso estratégico de marketing. Ya no basta con contener. Hoy, un empaque debe emocionar, diferenciar y conectar.


La impresión digital y el empaque multisensorial

Pero lo que realmente me llamó la atención —y que celebro profundamente— es la forma en que se articula el papel de la impresión digital como motor de cambio en esta evolución. El artículo detalla cómo esta tecnología ha habilitado la hiperpersonalización, la sostenibilidad, la rapidez en producción y, sobre todo, la posibilidad de diseñar experiencias sensoriales que involucran vista, tacto, olfato e incluso sonido. En otras palabras: el empaque ya no es un soporte; es una experiencia.


Desde la posición que me corresponde liderar en Böttcher, me parece relevante destacar cómo estas nuevas exigencias en los empaques también plantean nuevos desafíos técnicos: desde la elección del sustrato, hasta la estabilidad de la emulsión, la compatibilidad de tintas, o la necesidad de mantener condiciones óptimas de transferencia y presión en la impresión. La tecnología detrás de un barniz selectivo o un relieve sensorial no es trivial. Y es ahí donde proveedores como nosotros, especializados en rodillos, mantillas y químicos de alta precisión, jugamos un papel determinante.


Cuando el artículo menciona ejemplos como el uso de tintas aromáticas, sustratos con textura, o experiencias de realidad aumentada, pienso inmediatamente en el riguroso nivel de control técnico que esto implica. No solo por la precisión del color o la complejidad de los efectos, sino por lo mucho que una mala calibración podría arruinar la experiencia sensorial que la marca intenta construir. En ese sentido, la innovación debe ir acompañada de disciplina técnica y materiales confiables.


También valoro mucho que el documento subraye la sostenibilidad no como una moda, sino como una dimensión ética de la producción gráfica. Reducir desperdicios, utilizar químicos menos agresivos, extender la vida útil de los insumos… son prácticas que nosotros en Böttcher promovemos activamente, y que están profundamente ligadas a la calidad de la experiencia del cliente final.


Para cerrar, me quedo con esta idea: la experiencia hoy vale tanto como el producto. Y como profesionales de la industria gráfica, nuestro trabajo es asegurarnos de que la experiencia esté respaldada por soluciones técnicas a la altura del reto.


Gracias a RICOH por compartir este análisis tan relevante, y a ASOINGRAF por difundirlo. Son este tipo de contenidos los que nos invitan a seguir evolucionando, no solo como fabricantes, impresores o proveedores, sino como parte de un ecosistema creativo que imprime mucho más que tinta: imprime emociones.

Comentarios


WhatsApp Bottcher
bottom of page