Estandarizar pH y conductividad sin frenar producción
- Enrique Iturbe
- 3 oct
- 3 Min. de lectura
¿Por qué estandarizar pH y conductividad?
En offset (y procesos con fuente), el equilibrio tinta/agua depende de dos variables críticas: pH y conductividad. Si varían, cambian la emulsión, el color, la ganancia de punto y el tiempo de secado. Estandarizar pH y conductividad no es un “extra”; es la base de una impresión estable, repetible y rentable.
Beneficios directos:
Menos scrap por desviaciones de color.
Menos ajustes “a ojo” en tiraje.
Menos re-lavados y tiempos muertos.
Mejor trazabilidad para resolver fallas.

Rangos de trabajo de referencia (y sentido operativo)
pH estable (ejemplo típico en fuente): rango ligeramente ácido, definido por tu aditivo y agua (consulta tu ficha técnica).
Conductividad estable (ejemplo): banda objetivo definida por tu aditivo/agua; valores fuera de banda indican contaminación o dosificación inadecuada.
Nota: No existe una cifra “universal”. Lo profesional es fijar tu banda objetivo con pruebas controladas y documentadas (agua local, aditivo real, prensa real).
Método “3-medidas”: 5 pasos que no frenan tu línea
Objetivo: medir rápido, decidir con datos y registrar sin estorbar la operación.
Define tu banda objetivo
Haz una prueba base con el aditivo y agua que usas.
Fija un rango de pH y conductividad que entregue color estable y secado correcto.
Documenta la mezcla (dosificación, temperatura ambiente y del agua).
Mide en los momentos que sí importan
Antes de arrancar turno (pH y conductividad).
Tras la primera puesta a color (confirmación).
Cuando cambies de papel, tinta o aditivo (verifica).
Si aparecen síntomas (reemulsado, velo, cambios de color).
Decide con umbrales simples
Si pH sale de banda, revisa dosificación y contaminación.
Si conductividad se dispara, revisa contaminación (tinta/lavador) o evaporación/temperatura.
Ajusta de menor a mayor: dosifica, renueva parte de la solución, verifica temperatura.
Registra en 30 segundos
Formato mínimo: fecha/turno, prensa, aditivo, pH, conductividad, temperatura del líquido, operador, acción tomada.
Un registro breve evita debates y acelera la solución de problemas.
Cierra el ciclo con verificación visual
Densidad/color consistentes a lo largo del tiraje.
Sin velo ni reemulsado; sólidos limpios y tramas nítidas.
Si corrige, marca “OK”; si persiste, escala a mantenimiento/química.
Señales de alerta (y acciones rápidas)
Color que “baila” entre resmas: revalida pH/cond. y temperatura.
Secado errático: verifica conductividad y dosificación (exceso aditivo).
Velo o reemulsado: pH fuera de rango, contaminación con lavador o evaporación; corrige mezcla y revisa limpieza de tren.
Demasiadas “microcorrecciones” en tinta: indica base inestable; estandariza primero la fuente.
Checklist operable (diario / semanal)
Diario
Medir pH y conductividad antes del arranque.
Verificar temperatura del agua/solución.
Registrar (30 s).
Revisar visual de tiraje (5 hojas de control).
Semanal
Auditoría rápida de bitácoras.
Revisión de dosificación y estado de aditivo.
Limpieza profunda programada de tren de mojado (si aplica).
Ajuste fino de la banda objetivo si cambió la estacionalidad/agua.
Integración con productos y mantenimiento
Aditivos y lavadores compatibles entre sí reducen desvíos en pH y conductividad.
La limpieza profunda a tiempo evita contaminación en la fuente.
Capacita al equipo: que todos sepan qué medir, cuándo y qué hacer con el dato.
Conclusión
Cuando estandarizas, dejas de “apagar incendios” y comienzas a operar con estabilidad. Medir y registrar no te frena: te ahorra scrap, tiempo y tinta. Elige tu banda objetivo, mide cuando importa, decide con umbrales simples y documenta. Así se sostiene la calidad.
¿Quieres tu banda objetivo definida por expertos?
Solicita una visita técnica para estandarizar pH y conductividad en tu planta (mezcla óptima, rutina de medición y formatos de registro). Nuestro equipo te acompaña en la implementación.
¡Contáctanos!
Comentarios