Por: Brenda Georgina Nava Uribe - Ventas - Böttcher México
Porque euro centrista es nuestro pasado histórico, los anales de la historia gráfica se remontan a la Europa de la edad media; cuando el rol de las mujeres en las artes gráficas era importante, pero poco apreciado, más allá de copiar documentos y si acaso, realizar el proceso de encuadernar, no se les permitía más. Posteriormente, Gutenberg revoluciona el proceso y justo en 1484 la alemana Ana Ruggieri, realiza la primera gran osadía en la historia de la impresión, pone su nombre en el colofón de los libros que ella misma publicaba en su taller.
Juana Mila, Isabel de Basilea y Jerónima Gales son las primeras españolas de las que se tiene registro, que se dedicaron al ramo; nuevamente entre ellas una rebelde, Juana Mila, asume la responsabilidad de la impresión de un libro.
Las europeas nos heredaron la osadía y ese gusto por dejar nuestra huella. Cabe destacar en este punto, que hasta entonces las mujeres solo eran herederas de los talleres, bien por ser las viudas o las hijas de los propietarios. Años más tarde en Francia aparece el primer taller propiedad de una mujer, la Marquesa de Pompadour, Juana Antonia Poison.
Y como era de esperarse, con la conquista, el noble arte llegó a la Nueva España. Al igual que sucedió en su momento en Europa, la suerte de las mujeres no fue diferente, sin embargo, se alcanzó a rescatar el nombre de Brígida Maldonado esposa de Juan Cromberger; que, dicho sea de paso, a la muerte de este ella queda al frente del negocio. De hecho, Brígida es considerada como la responsable legal y comercial de los primeros textos novohispanos.
Hasta este punto, como se puede apreciar, la presencia de las mujeres en el sector ha sido una constante; no reconocido y en ocasiones hasta obviado, pero siempre presente. Si nos movemos unos cuantos siglos hasta la actualidad, podremos apreciar que de acuerdo con las cifras que presenta ONU-Mujeres, solo 61% de las mujeres pertenece a la Población económicamente activa, lo cual es un avance importante, pero aún nos resta un buen tramo. Haciendo un breve acercamiento en términos económicos a nuestro país el INEGI destaca que el sector de las artes gráficas está concentrado por un 70% de hombres contra un 30% de mujeres, de aquí que debemos reconocer la importancia de las mujeres en la industria de las artes gráficas.
En Bottcher, no solo nos mantenemos a la vanguardia en la calidad de nuestros productos, también estamos comprometidos con la implementación de estrategias, que permitan la mejora en la calidad de vida de las mujeres a través de la contratación de estas, tanto en puestos gerenciales y de alto nivel. Nuestras mujeres, al igual que nuestros rodillos, tienen alma de acero, recubiertas de un caucho especial llamada humanidad; qué juntos realizan la amalgama perfecta para dar vida a las creaciones con el mayor cuidado en los detalles.
1 (Grafilia, 2021) 2 (UNIV, 2015) 3 (Beltrán Cabrera, 2014)
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